INGREDIENTES
Para 4 personas
1 kilo y cuarto de calabaza
1 cebolla grande
4 cucharadas de queso parmesano rallado
1 vaso y medio de agua
4 cucharadas de aceite de oliva
1/2 cucharada pequeña de sal
PREPARACIÓN
La calabaza es un alimento rico en vitaminas A, B, C así como en ácido fólico y en minerales como el potasio, el hierro o el calcio, entre otros. Gracias a su alto contenido de antioxidantes es perfecta para neutralizar los radicales libres, aumentando las defensas y retrasando el envejecimiento. Además al tratarse de una fruta que contiene mucha fibra y pocas calorías está muy presente en las dietas, incluidas las famosas detox, debido a sus propiedades depurativas.
A todo ello se suma el hecho de que es un alimento que favorece el proceso digestivo, y calma la irritación o dolor provocados por gastritis o inflamaciones intestinales. Todas estas razones hacen que la calabaza se convierta en una de las frutas que no pueden faltar en nuestra casa y alimentación. De ahí que la receta de hoy la tenga a ella como protagonista, a modo de crema, una receta sencilla y sabrosa para cualquier época del año.
Comenzamos la preparación de nuestra crema de caabaza, precalentando el horno a 200ºC. A continuación pelaremos la calabaza y la cortaremos en trozos no muy grandes; después partiremos en dos la cebolla. En un bol a parte, mezclaremos la calabaza y la cebolla con el aceite y la sal.
El paso siguiente es forrar una bandeja de horno con papel de hornear para luego volcar encima la mezcla anterior, esparciéndola bien por el recipiente. Una vez en el horno, dejaremos que las verduras se hagan durante media hora aproximadamente.
Cuando hayan pasado esos treinta minutos, calentaremos el agua indicada y, empleando solo la mitad del agua en un bol, añadiremos las verduras y batiremos. A la hora de emplatar, podemos rayar un poco de queso parmesano por encima de la crema de calabaza para servir, añadiendo así un toque intenso al plato, que contrasta con la dulzura de la calabaza.