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POR QUÉ DECIMOS SÍ A LOS ALIMENTOS ECOLÓGICOS

Se trata de alimentos más sabrosos y con más nutrientes, más saludables para nuestro organismo, libres de residuos tóxicos y respetuosos con el medio ambiente. Importantísimo tenerlos presentes en nuestra gastronomía. ¿Quieres saber más? ¿Conocemos las diferencias entre alimentos biológicos, ecológicos y orgánicos? Pese a que de cara a la legislación española se trata de sinónimos del lenguaje, hay ligeras diferencias entre estos términos, centradas básicamente en acentuar determinados aspectos intrínsecos del producto en sí. Si bien a nivel general se trata de alimentos procedentes de la agricultura ecológica que, por tanto, están libres de tratamientos industriales o químicos, cabe señalar que los alimentos ecológicos son aquellos que inciden en la procedencia de un espacio respetuoso con el medioambiente, mientras la categoría “bio” subraya que el alimento no ha sufrido alteraciones genéticas y, por último, la palabra “orgánico” resalta que el producto está libre de transgénicos y pesticidas. Los alimentos que cumplen estas características son, además de mucho más sabrosos, más beneficiosos para la salud ya que evitan que nuestro organismo almacene residuos tóxicos, que pueden incluso llevarnos a desarrollar algún tipo de enfermedad cancerígena o alergias. Por otro lado, nuestro cuerpo asimila mejor los nutrientes –mayores en este tipo de alimentos- cuando digerimos algo natural y libre de aditivos industriales. Hay que tener en cuenta que para que el organismo absorba los nutrientes, vitaminas, minerales y fibra que necesita para su normal funcionamiento el consumo de verduras y hortalizas debe de ser variado y equilibrado. Además de ser beneficiosos para ti, los alimentos ecológicos también lo son para el medio ambiente, ya que es una forma de producción agraria y ganadera sostenible, que hace un uso racional de los recursos naturales y no los compromete para generaciones futuras. También evitan la contaminación y favorecen la biodiversidad. Los alimentos ecológicos, al prescindir de sustancias químicas, evitan la contaminación del aire, suelo y agua. Además, al emplear técnicas más respetuosas, genera un aumento de la actividad biológica del suelo. La agricultura ecológica requiere un mayor volumen de trabajo, por lo que genera empleo en las zonas rurales. La búsqueda de los efectos medicinales y terapéuticos que los alimentos pueden proporcionar debe realizarse bajo control médico. Si a todo ello añadimos el factor “sostenibilidad” de los cultivos ecológicos con su entorno, los beneficios de la alimentación ecológica se multiplican. En contra, cabría señalar su alto precio hasta el momento y su no demasiado sencilla localización.