A todos nos ha pasado alguna vez: llegas a casa con sed, abres el grifo o la nevera, y dudas… ¿Agua fría o del tiempo? ¿Qué será mejor para el cuerpo? Aunque pueda parecer solo una cuestión de gustos o costumbres, la temperatura del agua que bebemos puede influir en cómo nos sentimos en determinados momentos del día o del año.
Y no, ninguna opción es mejor que otra. Lo importante es entender qué aporta cada una y en qué situaciones encaja mejor.
¿Existe realmente una diferencia entre beber agua fría o tibia?
Beber agua es esencial, eso está claro. Pero cuando se trata de elegir entre fría o tibia, entran en juego factores como el clima, el momento del día, lo que hemos comido o incluso cómo nos encontramos físicamente. En verano, es normal que el cuerpo pida bebidas más frescas para aliviar el calor. En cambio, cuando hace frío o buscamos confort, un vaso de agua tibia puede ser más reconfortante. No es casualidad que en muchas culturas, especialmente en Asia o la India, el agua caliente o templada se consuma a diario como parte de una rutina de bienestar.¿Qué se considera agua tibia y qué temperatura tiene?
Es común confundir agua tibia con agua caliente, pero no son lo mismo. Mientras que el agua caliente puede superar los 60 °C (como la que usamos para infusiones), la tibia es mucho más suave y apta para beber directamente, incluso en ayunas. Aunque no hay una definición exacta, se considera agua tibia a aquella que se encuentra entre los 35 °C y los 45 °C, es decir, ni fría ni caliente. En la práctica, es el agua que no da sensación de frío al beberla, pero tampoco quema ni genera vapor.Beber agua fría: qué tener en cuenta
Un vaso de agua fría puede ser lo más apetecible del mundo en días de calor, tras hacer ejercicio o después de un paseo largo. Refresca, hidrata y ayuda a regular la temperatura corporal rápidamente. También suele asociarse a una sensación de “despertar”, especialmente por la mañana o después de un esfuerzo físico. Sin embargo, hay situaciones en las que conviene evitarla muy fría. Por ejemplo:- Justo después de una comida copiosa, ya que puede ralentizar la digestión.
- Si vienes de una actividad intensa y el cuerpo aún está muy caliente: el contraste de temperaturas podría resultar incómodo.
- Si tienes sensibilidad dental o molestias en la garganta.
Beber agua tibia o a temperatura ambiente: ¿para qué momentos encaja mejor?
Hay quienes no cambian su vaso de agua del tiempo por nada, incluso en pleno agosto. Y tiene sentido: el agua tibia o a temperatura ambiente es más suave para el cuerpo, especialmente en momentos donde buscamos equilibrio y no impacto térmico. Estos son algunos ejemplos donde encaja mejor:- Al despertar, para comenzar el día de forma suave.
- Durante las comidas, ya que favorece un ritmo digestivo más estable.
- En días fríos, donde un sorbo templado reconforta más que uno helado.
¿Y entonces, cuál es mejor?
La pregunta del millón no tiene una respuesta única. No existe una “temperatura ideal” para todo el mundo ni para todos los momentos. Dependerá de lo que estés haciendo, de cómo te encuentres o incluso del clima en ese momento. Lo más importante es:- Mantener una hidratación regular a lo largo del día.
- Evitar cambios bruscos de temperatura en momentos sensibles (como después del ejercicio o tras una comida).
- Elegir la temperatura que te resulte más agradable y que te invite a beber más a menudo.