
¿Alguna vez has preparado un té que no sabía como esperabas? Tal vez era demasiado amargo, o simplemente insípido. Aunque el tipo de hoja y el tiempo de infusión son importantes, hay un ingrediente que muchas veces se pasa por alto y que marca la diferencia en cada taza: el agua.
Errores típicos al preparar té
Relacionados con el agua
- Usar agua del grifo sin filtrar: puede contener cloro, cal o impurezas que alteran el sabor.
- Utilizar agua con exceso de mineralización: enmascara los aromas sutiles del té.
- No calentar el agua a la temperatura correcta: cada tipo de té necesita su rango (el agua hirviendo no sirve para todos).
- No cambiar el agua entre preparaciones: recalentar agua ya hervida puede producir un sabor plano o metálico porque ya ha entrado demasiado en contacto con los instrumentos.
Errores en cuanto al tiempo
- Infusionar demasiado tiempo (el típico): sobreextrae los taninos y provoca amargor.
- Dejar el té dentro del agua tras el tiempo recomendado: continúa liberando sustancias no deseadas.
- Preparar el té en una taza fría: la temperatura desciende demasiado rápido, afectando la infusión.
Errores con el tipo de té o la cantidad que se usa
- Usar demasiadas hojas o muy pocas: desequilibra el sabor (ideal: 1 cucharadita por taza).
- Reutilizar las hojas: muchas pierden sus propiedades después de una o dos infusiones.
- Preparar matcha como si fuera té normal: el matcha se bate, no se infunde.
- Añadir leche o azúcar de forma sistemática: no todos los tés lo admiten, especialmente los más delicados.
Errores con utensilios y preparación
- No limpiar bien la tetera, taza o infusor: pueden quedar restos del anterior que alteran el sabor, mucho más si ni siquiera son recientes.
- Remover el té durante la infusión: déjalo tranquilo, puede liberar más taninos y generar amargor.
El paso clave: calentar el agua y controlar la infusión según el tipo.
Cada té necesita un tratamiento distinto para sacar lo mejor de sus hojas. Estas son las combinaciones recomendadas de temperatura y tiempo de infusión:- Té blanco: agua: 60-75 ºC / Tiempo de infusión: 2 a 5 minutos
- Té verde: agua: 70-80 ºC / Tiempo de infusión: 2 a 3 minutos
- Té negro: agua: 90-100 ºC / Tiempo de infusión: 3 a 5 minutos
- Té Oolong: agua: 85-90 ºC / Tiempo de infusión: 3 a 5 minutos
- Té rojo (Pu-erh): agua: 90-100 ºC / Tiempo de infusión: 4 a 5 minutos
- Té chai: agua: 95-100 ºC / Tiempo de infusión: 5 a 7 minutos
- Matcha: agua: 75-80 ºC / No se infusiona, se bate directamente con el agua caliente.