Qué es un acuífero y qué tipos existen

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Qué es un acuífero y qué tipos existen

Un acuífero es una capa o formación del subsuelo donde se almacena agua subterránea y por la que esa agua puede desplazarse. No todos los acuíferos son grandes cavernas o cuevas inundadas como suele imaginarse. En la mayoría de casos, el agua se filtra y circula por pequeños poros o grietas entre las rocas o sedimentos.

¿Cómo se forma un acuífero?

Un acuífero se recarga con el agua procedente de las precipitaciones (lluvia o nieve). Esa agua se infiltra lentamente en el suelo gracias a la fuerza de la gravedad, atravesando capas de materiales hasta alcanzar zonas más profundas donde puede almacenarse.

Factores clave en la formación de un acuífero:
  1. Gravedad: es la que hace que el agua se infiltre hacia niveles más profundos.
  2. Permeabilidad del terreno:determina si el agua puede atravesar los materiales y a qué velocidad lo hace.
  3. Litología: es decir, el tipo y estructura de las rocas. Cuanto más porosas o fracturadas, más agua pueden retener y transmitir.
Una vez acumulada, el agua puede permanecer en el subsuelo durante décadas o incluso siglos, dependiendo de las condiciones del entorno.

Tipos de acuíferos

Según cómo circula el agua

Acuífero libre (o freático)

No tiene una capa impermeable que lo cubra. El nivel superior del agua (nivel freático) está en contacto con el aire y responde directamente a la lluvia o sequía. Es el tipo más común y fácil de recargar.

Acuífero confinado (o cautivo)

Está encerrado entre dos capas impermeables. Aquí el agua se encuentra a mayor presión que la atmosférica. Si se perfora, puede salir hacia arriba como un manantial o pozo artesiano.

Acuífero semiconfinado

Tiene una capa superior de baja permeabilidad, pero no completamente impermeable. La recarga es más lenta y limitada. Se comporta de forma intermedia entre libre y confinado.

Según cuánta agua guardan y dejan pasar

Esta clasificación se basa en cómo el terreno retiene o deja pasar el agua. Aquí te explicamos los 4 tipos principales de formaciones hidrogeológicas:

 
Tipo ¿Almacena agua? ¿Transmite agua? Ejemplo visual Descripción / función
Acuífero ✅ Sí ✅ Sí Arena o grava (como una esponja) Ideal para la captación de agua.
Acuitardo ✅ Sí ❌ Poco Limo o arcilla densa (esponja compacta) Retiene agua pero la transmite lentamente.
Acuicluido ❌ Casi no ❌ No Arcilla muy compacta (pared de barro) Contiene agua, pero no permite su paso.
Acuifugo ❌ No ❌ No Granito macizo (roca sólida) Completamente impermeable.

Otros tipos de acuíferos (según roca, textura y entorno)

Además de la clasificación principal, existen otros tipos de acuíferos que se suelen mencionar para entender mejor cómo se comporta el agua bajo tierra.

Los kársticos se dan en calizas y dolomías: el agua circula por grietas y conductos creados por disolución, así que se mueve rápido y son más vulnerables a contaminarse. Los detríticos aparecen en arenas y gravas, y el agua se filtra entre granos; por eso el flujo es más lento pero también más regular. Si miramos la textura, los porosos almacenan agua en huecos pequeños entre partículas y tienen un comportamiento predecible, mientras que los fisurados la conducen por fracturas en rocas duras, con flujos más rápidos pero irregulares. Y según su entorno, los costeros pueden sufrir intrusión salina si se extrae demasiado, los continentales son los más comunes en el interior y a menudo se recargan con ríos o lluvias, y los colgados son pequeños depósitos aislados en capas altas con importancia local.

¿Por qué son importantes los acuíferos?

Los acuíferos son importantes porque constituyen la principal reserva de agua dulce accesible del planeta, y su papel va mucho más allá de abastecer a las personas. Gracias a ellos, muchos ríos, manantiales y humedales siguen teniendo agua incluso en épocas secas, lo que mantiene vivos ecosistemas enteros cuando apenas llueve. También son una base clave para la agricultura sostenible, especialmente en zonas donde las precipitaciones son irregulares o escasas, porque permiten disponer de agua de forma más estable.

Además, al estar protegidos bajo tierra, el agua se conserva mejor y no se pierde tan fácilmente por evaporación, aunque precisamente por eso es esencial gestionarlos de forma responsable: si se extrae más agua de la que se recarga o se contaminan, pueden deteriorarse durante años y afectar a todo el entorno.

Un ejemplo real: el acuífero de Solán de Cabras

El agua mineral natural Solán de Cabras brota de un acuífero único en la Serranía de Cuenca, donde se ha filtrado gota a gota durante más de 3.600 años a través de capas rocosas.

Este proceso lento y natural da como resultado un agua pura y equilibrada, que se embotella directamente en el manantial, sin alteraciones, para conservar su composición original. Todo ello, con un firme compromiso con la sostenibilidad y el entorno.

Un acuífero es mucho más que agua bajo tierra: es el resultado de miles de años de equilibrio entre el clima, la geología y la naturaleza. Conocer cómo funcionan y qué tipos existen nos ayuda a valorar mejor los recursos hídricos y a protegerlos para el futuro.