La AECC tiene una misión muy concreta: reducir el impacto que tiene esta enfermedad -mejor dicho, estas enfermedades, porque son más de 200 tipos- en las personas y la sociedad. Y lo hace con las herramientas que no son estrictamente sanitarias ya que, cuando hay un diagnóstico de cáncer, éste afecta a lo físico, por supuesto, pero también a lo psicológico, emocional, a lo familiar, lo social, lo laboral, lo económico, lo espiritual… Afecta a todas las facetas de la persona y ahí es donde nosotros actuamos, apoyando y acompañando a los pacientes de cáncer y sus familias en todo el proceso, con orientación sanitaria, atención psicológica, apoyo social, pisos y residencias, acompañamiento… Cuidamos la relación persona a persona.Otra prioridad es la concienciación en la prevención y la detección temprana. La información a los ciudadanos es muy necesaria porque hay un 30% de cánceres que se podría evitar con una adecuada prevención. En los casos inevitables, como el cáncer de mama, de colon, de cuello de útero, la información adecuada permite que se detecten lo antes posible y que el pronóstico de estos pacientes sea mucho mejor.
La investigación sobre el cáncer en España es puntera en todo el mundo y sus oncólogos participan de los grandes estudios que determinan la práctica clínica global. La AECC es una de las grandes benefactoras de este trabajo.
Siempre. La investigación es lo único que acabará con el cáncer, hay que garantizar sus fondos y sus ayudas. Todos los avances que se han producido en los últimos 20 años se han traducido en un aumento de la tasa de supervivencia, de un 40% a una supervivencia global de más de un 65%… En algunos tipos de cáncer, como el de mama, esta tasa supera el 90%. Pero, lo importante es que somos un canal de ayuda a la investigación por el que la propia sociedad civil y las empresas prestan una ayuda inestimable. Las empresas se suman cada vez más a esta causa y la AECC les ofrece algo así como una “marca blanca” que garantiza que su aportación se destina a la investigación, a proyectos concretos, a los pacientes y sus familias en un 100%.
Una de estas empresas es Solán de Cabras, con cuya colaboración – las Botellas Rosa – la AECC consigue minutos de “Atención Psicológica”, fundamental para desarrollar vuestra labor.
Casi el 50% de las personas diagnosticadas con cáncer necesitan apoyo psicológico porque, como decía, es un impacto en todas las facetas de su vida, genera situaciones de ansiedad, depresión y puede perjudicar su manera de afrontar el propio tratamiento y afectar a sus resultados. Así que es muy importante prestar esta atención cuanto antes para evitar consecuencias peores. Y no sólo a los pacientes, también a sus familias que ven igualmente alterado su proyecto vital y necesita encajar y vivir el proceso con la máxima calidad de vida.
¿Cómo ha evolucionado la percepción del cáncer en la sociedad española?
Los datos de nuestro oncobarómetro dicen que la mayoría de la población todavía asegura que su mayor temor, la enfermedad más temida, es el cáncer. Todavía hay una estigmatización de la palabra. Sin embargo, ahora mismo, el cáncer ya es prácticamente una enfermedad que se cura en la mayoría de los casos y en otros casos se logra cronificar. Ya no se puede asociar cáncer con muerte, para nada, y desde luego sabiendo que hay centenares de tipos de cáncer, con cuadros médicos muy diversos y una supervivencia enorme y creciente. Esto es tan cierto como que hay algunos tipos de cáncer que todavía suponen un reto y sobre los que debemos trabajar mucho en prevención, detección precoz e investigación para que tengan un mejor pronóstico.
Posiblemente, por su repetición, el discurso de los hábitos saludables se haya quedado manido. ¿Sería capaz de darnos su visión de este mensaje?
El mensaje es tan sencillo que es cierto que se ha convertido en un discurso manido. Sólo se me ocurre que se trata de tener una vida normal, sana, basada en hábitos saludables que hagan – y hacen – que la persona se sienta mucho mejor a todos los niveles, físicos y psicológicos. El cuerpo lo agradece y, en algunos casos, lo agradece evitando algunas enfermedades, no sólo el cáncer.
¿Sigue siendo el tabaco el gran dragón para la AECC?
El tabaco es responsable directo de más de un 20% de los tipos de cáncer y, por ejemplo, en el caso del cáncer de pulmón, el 80% está vinculado a su consumo. Sin ese factor, sería una enfermedad minoritaria, poco frecuente. Pero es que está relacionado, además, con el cáncer de vejiga, de laringe, de boca… La AECC recomienda que quien no haya empezado a fumar, no lo haga, y quien ya sea fumador, que recurra a los recursos que hay a su alcance para dejarlo – nosotros tenemos cursos gratuitos – porque fumar no es un hábito, es una dependencia, el tabaquismo es una enfermedad dependiente y hay que ayudar al fumador en cualquier caso.
¿Ya han vislumbrado la fecha en la que el cáncer esté totalmente controlado?
Si, es un hito próximo y alcanzable controlar el cáncer. Y lograr que los casos más problemáticos se conviertan en una enfermedad crónica, con la que se puede convivir, como sería la diabetes.
El cáncer es una enfermedad de la vida misma, deriva del aumento de la esperanza de vida de la población y de su propia evolución. Se trata de una enfermedad genética, no hereditaria, es decir, hay fallos en los genes y esos fallos son el objetivo de la investigación médica. Lo que se vislumbra es que se curará todo lo curable, se podrá prevenir todo lo previsible y se podrá detectar lo inevitable para lograr cronificarlo a tiempo y garantizar una buena vida a los pacientes.
Texto Bárbara Vidal
Fotografía Lidia Estepa
“Es un hito próximo y alcanzable controlar el cáncer” Isabel Oriol, presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer. La Asociación Española Contra el Cáncer ha cumplido 62 años. ¿Cuáles son hoy sus objetivos?