Siempre se ha dicho que el agua es inodora, incolora e insípida. Pero quien ha probado distintas aguas con atención sabe que esta afirmación no es del todo cierta. El agua tiene matices. Puede ser más ligera o más densa, más dulce, salina o incluso metálica. Y aprender a reconocer estas diferencias es lo que hace posible una cata de agua.
¿Por qué se hacen catas de agua?
El agua tiene una composición física y química única que cambia según su origen, y aunque sus características sean más sutiles que las del vino o el café, pueden percibirse con los sentidos si se sabe cómo hacerlo. Factores como la mineralización, la temperatura, el tipo de suelo por el que ha pasado o incluso la profundidad del acuífero influyen en el sabor final. Por eso en una cata de aguas envasadas no solo se evalúa la pureza: se busca descubrir qué la hace especial.Cómo se cata el agua: paso a paso
El lugar, la temperatura y el recipiente
Para apreciar todos los matices, es importante cuidar el contexto: lo ideal es un lugar tranquilo, sin olores fuertes y con una temperatura ambiente de unos 20-23 ºC. El agua debe servirse a una temperatura entre 15 y 18 ºC, y el recipiente debe ser transparente, sin aromas ni decoraciones, como una copa o vaso de cristal fino. No hace falta ser experto para iniciarse. Basta con probar distintas aguas con atención, comparar sensaciones y anotar lo que se percibe. A medida que lo hagas más veces, tu capacidad para identificar matices se afinará.Fase visual
Se examina la transparencia, el brillo y la limpieza. Algunas aguas muy mineralizadas pueden presentar turbidez o sedimentos naturales. En otras, la claridad es total. Este primer vistazo ya da pistas sobre su origen.Fase olfativa
El agua pura no tiene olor fuerte, pero puede presentar notas minerales, metálicas o terrosas. Algunas aguas recuerdan a la piedra húmeda, otras son completamente neutras.Fase gustativa y sensaciones en boca
Esta es la fase central. Se recomienda tomar un sorbo y mantenerlo en la boca unos segundos, dejando que el agua recorra la lengua, el paladar y las encías. Así se pueden valorar:- La textura, que puede ser más seca o más sedosa. Las aguas con alto contenido en calcio, por ejemplo, suelen dejar una sensación de sequedad, mientras que otras pueden resultar más cremosas o ligeras.
- El sabor, que no es neutro en todos los casos. Aguas con mayor contenido de sodio pueden tener un punto salino, mientras que las que contienen magnesio o potasio pueden parecer ligeramente dulces o amargas, según la percepción individual.
- La persistencia, es decir, si deja o no un retrogusto duradero. Algunas aguas tienen un final limpio; otras, una nota final más intensa.
Hoja de perfil: qué es y para qué sirve
La hoja de perfil sensorial es una herramienta esencial en cualquier cata de agua. Permite describir y registrar lo que se percibe de forma estructurada, ayudando a poner en palabras las sensaciones captadas durante la degustación. Esta ficha facilita la comparación entre diferentes muestras y ayuda a entrenar el paladar de forma progresiva. En ella se valoran varios aspectos clave, normalmente en una escala del 1 al 5:- Limpieza visual: un 1 indica presencia de sedimentos o turbidez visible; un 5, una transparencia cristalina y brillo uniforme.
- Intensidad aromática: un 1 implica ausencia total de aroma o presencia de olores extraños; un 5 refleja aromas minerales sutiles y agradables claramente identificables.
- Textura en boca: un 1 puede percibirse como tiza o sequedad marcada; un 5, como una textura suave, envolvente y sin aristas.
- Sabor percibido: un 1 sugiere una impresión desagradable o desequilibrada; un 5 transmite un perfil limpio, armonioso y con carácter propio.
- Posgusto: un 1 denota ausencia total de recuerdo en boca o presencia de notas desagradables; un 5 deja una persistencia fina, equilibrada y duradera.